Improvisación. Mundos sonoros y visuales se entretejieron en un entramado artístico que difuminó las líneas que separan a las diferentes artes entre sí.
El viernes tuvo su lugar COMUNA BULLA, concierto y performance colectiva de libre interpretación, una de las presentaciones del Segundo Ciclo “Músicas Posibles”, organizado por la pianista y experimentadora sonora Silvia Angles.
El Ciclo forma parte del proyecto “Ecos da ida e do retorno”, un proyecto de residencias artísticas seleccionado por la organización cultural portuguesa Binaural Nodar, cofinanciada por el Gobierno de Portugal, que desarrolla actividades de creación artística contemporánea y etnografía sonora y audiovisual.
La escena estuvo integrada por AK (Angles-Kaegi) piano, trompeta, voz, objetos, samples e instalación de video. Sebastián Ramírez (guitarra, acordeón), Guliana Rocuzzo (guitarra, voz), Jorge Brondo (piano, teclados y voz), Agustina Chiarella y Antonela Rimoldi (cuerpo y acción).


La improvisación supone que los artistas compusieron en tiempo real para el público presente. El enérgico show finalizó en la completa quietud de los performers y un sorprendente coro angelical de alarmas sonando al unísono. Estas alarmas habían sido programadas al iniciar el concierto).
El espectáculo contó con el financiamiento de Petroquímica Río 3.
El sábado y el domingo, BITÁCORA, el proyecto de ALETHEIA (Espacio de Formación en Música Popular) presentó su concierto a ciegas.
El guion teatral lo escribió la actriz Cecilia Borri, interpretado por su voz y la de Yuyú Rocuzz. Entre las voces sonaba el ensamble musical dirigido por Sebastián Ramirez y Facundo Cretton.
La música generó climas y paisajes sonoros que hicieron viajar al público por la ruta de sus recuerdos.
En el mundo del arte se sabe que una obra termina de completar su proceso de creación cuando se encuentra con el público. El público, según sus vivencias o las cosas que conoce, interpreta lo que ve o escucha.
Así, durante el fin de semana pasado, públicos de todas las edades se dejaron llevar por las expresiones escénicas, en el mar de sus propias emociones y vivencias.
Mundos sonoros y visuales se entretejieron en un entramado artístico que difuminó las líneas que separan a las diferentes artes entre sí.
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