Las controversias por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) promulgado por Milei y publicado hace una semana siguen generando tensión social.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una multitudinaria manifestación convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) se llevó a cabo en rechazo a las medidas anunciadas por el nuevo gobierno. Simultáneamente, la protesta encontró eco en diversas provincias argentinas.
En Córdoba, la protesta volvió a repetirse sin el protocolo de seguridad establecido por Patricia Bullrich. Esto no evitó el accionar represivo.
Además de los gremios, la protesta contó con la participación activa de Inquilinos Córdoba, y otras organizaciones sociales. La diversidad de sectores representados en la manifestación refleja el creciente descontento ante las políticas propuestas por el nuevo gobierno.
El DNU emitido por Milei hace una semana ya ha generado 13 pedidos de amparo, aunque la justicia sostiene que aún no ha entrado en vigencia, dificultando la intervención legal en este momento. La incertidumbre sobre las implicaciones del decreto contribuye al clima de tensión y polarización que caracteriza el actual panorama político.
Mañana se cumplen los 8 días de la publicación del DNU, momento en que entraría en vigencia. Sin embargo, hasta el 15 de enero la cámara de Senadores y Diputados podrán aceptar o rechazar el DNU. Para que el DNU se rechace debe lograrse en ambas cámaras la suma de los votos negativos de la mitad más uno.
Frente a este escenario, Federico Giuliani, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en Córdoba, expresó su firme rechazo al despido de 7.000 empleados contratados en el sector público. A su vez subrayó la determinación de la ATE de resistir cualquier intento de desguace del Estado y privatización de empresas estratégicas.
El país se mantiene a la expectativa de las decisiones y definiciones que surjan en respuesta a estas manifestaciones, en medio de un clima político tenso y marcado por la incertidumbre sobre el futuro de las políticas gubernamentales de Javier Milei.
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