En términos sociales fue un año doloroso, comenzó con el fallecimiento del queridísimo Fabián Menichetti, tuvimos que soportar el femicidio a Silvia Frías, y terminó con el accidente fatal que se llevó la vida de jóvenes deportistas de Río Tercero.
Políticamente fue un año agitado. Las Elecciones Nacionales, Provinciales y Municipales dieron por resultado 6 elecciones para votar en Río Tercero.
Se eligió la continuidad del gobierno municipal y un nuevo gobernador que dio continuidad al peronismo cordobés.
Mientras tanto en el gobierno de la nación hubo un cambio rotundo: el nuevo Presidente de la Nación comenzó su mandato con propuestas de shock.
Si hablamos de crecimiento de la ciudad, en términos de obra pública hubo mejoras en las plazas, se tuvo en cuenta la protección de la niñez, se terminó la nueva pasarela del río, se pavimentaron calles, se echó el polideportivo del barrio Monte Grande.
Los espacios de recreación gozaron de privilegio pero aún así se espera que los próximos años no se ejecuten obras.
El año terminó caldeado con el impuestazo aprobado por el Concejo Deliberante el 28 de diciembre a días de terminar el año.
Aunque no es un final muy alentador, también hubo grandes alegrías para los riotercerenses. Varios se merecían una compensa por el Atentado de la Fábrica Militar.
Y terminó siendo un año de mucha celebración. Los 40 años de democracia del país tuvieron su eco patriótico en las decisiones nacionales para el territorio federal.
En noviembre los Damnificados celebraron por su parte el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) N° 691/95 que otorga compensación a los damnificados de Río Tercero.
La ciudad celebró la aprobación de la ley que establece la creación de la Universidad Nacional de Río Tercero. El proyecto no solamente está puesto en marcha con un Rector Organizador elegido, sino que también se recibieron 400 millones de pesos, que el gobierno anterior dejó asegurados para el inicio de este gran camino.
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